martes, 21 de mayo de 2013

Comentario numero dos, La casa de Bernarda Alba


                 a. Localización

       La generación de 1927 se caracteriza por conjugar a varios poetas y artistas cuyo periodo de actividad está caracterizado y profundamente marcado por la guerra civil española, y que por varios motivos tuvieron que permanecer en España a pesar de la poca o nula afinidad con el régimen franquista, Federico García Lorca se encuentra en la corriente denominada pluralista o neo pluralista, terminó referente a una característica particular en la métrica poética o lírica más bien tradicional. Esta generación del veintisiete, se caracteriza en la actualidad por la amistad y camaradería de varios de sus miembros, por ejemplo la relación de Rafael Alberti, Federico García Lorca y Emilio Prados, quienes incluso vivieron juntos de jóvenes hacia el año 1924. Lazos de amistad como estos se mantuvieron en pie incluso luego de la cruenta guerra civil española y produjo, durante toda la existencia de la generación un intercambio natural de ideas ya fuese directamente o por medio de la correspondencia. El surgimiento de esta generación literaria se produce en 1927 durante la conmemoración centenaria de Góngora en la ciudad de Sevilla a pesar de las afinidades personales anteriores de varios autores y artistas de dicha congregación por ejemplo en la publicación de material en importantes revistas hasta la aparición de órganos de difusión propios, como fue la revista litoral, revista distribuida por Altoaguirre en cooperación con varios miembros de la generación de 1927 y dirigida a un público minoritario. En cuanto a los aspectos prácticos, la generación del veintisiete se caracteriza por una confianza ante el arte como principio de creación y profundización de la vida, este último principio se conoce como la “conciencia artística”. También se destaca la deshumanización plasmada en el desprecio del sentimentalismo. Finalmente, podemos señalar que la Generación de 1927 siempre siguió dos tendencias fundamentales, por un lado la pureza y por otro el tradicionalismo de la literatura Española. 

       Federico García Lorca, nacido en la ciudad española de Granada el  5 de junio de 1898, fue un poeta, dramaturgo y prosista español, también conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a la llamada Generación del 27, es el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX. Como dramaturgo, se le considera una de las cimas del teatro español del siglo XX, fue asesinado en 1936 luego de la guerra civil española. Entre sus obras más importantes se encuentran La casa de Bernarda Alba, estrenada el ocho de Marzo de 1945 en el teatro avenida de Buenos Aires, Yerma, Bodas de sangre y su amplio contenido de poesía, donde se destacan Libro de poemas, oda a Salvador Dalí y seis poemas Gallegos. 
La obra trata sobre una familia más o menos adinerada en un pequeño pueblo español, donde una madre se esmera constantemente por limitar y reprimir a sus hijas luego de la muerte de su padre forzándolas a vivir un luto de 8 años en contra de su voluntad. Esta represión, causa en las hijas, especialmente en la menor un profundo deseo de libertad e independencia, lo que se ve plasmado en las actitudes sexuales y femeninas de las jóvenes.



 El primer acto de la casa de Bernarda Alba corresponde a una introducción y fijación general de las principales temáticas de la obra. Comienza con el final del velorio del marido de Bernarda Alba y presenta a modo de contextualización los puntos de vista de las criadas de la familia, quienes presentan su repudio frente a la imagen autoritaria y violenta de Bernarda Alba hacia quienes la rodean. Este repudio generalizado se verá exaltado ante la imposición del encierro hacia sus hijas que paulatinamente desarrollan un pesimismo y una profunda tristeza frente a su falta de libertad impuesta por su madre. El fragmento representa de buena manera esta soledad y tristeza de las jóvenes en conjunto con el pesimismo impregnado en la imagen femenina sometida de la época.


 Martirio, Amelia y posteriormente Magdalena  entablan un diálogo cargado de pesimismo y tristeza, no se presentan dispuestas a superar la violencia e imposición autoritaria de su madre Bernarda a diferencia de su hermana menor Adela, que representa la rebeldía y la resistencia ante dicha tiranía.

b. Tema: El tema del fragmento corresponde al pesimismo de las hijas de Bernarda Alba, transcrito en la soledad y en conjunto con elementos culturales de la España previa a la Guerra civil.

c. Estructura: El fragmento consta de 59 líneas en total y corresponde a un dialogo entre tres hermanas.  Se divide en tres apartados.

d. Apartados: Como se mencionó anteriormente, el fragmento se divide en tres apartados principales. El primero abarca desde el comienzo del texto hasta la línea diecinueve (dichos de Martirio) y muestra a Adelaida como símbolo de la desdicha femenina inevitable.  Desde la intervención de Amelia en la línea veinte, cambia el enfoque temático de la conversación a una crítica de la figura machista muy común en la época, este segundo apartado cierra en la línea número treinta y ocho con una exclamación de Amelia. El último apartado abarca desde la línea número treinta y nueve con el ingreso de Magdalena al lugar, hasta el final del fragmento en la línea número cincuenta y cuatro, el subtema de este último apartado enfatiza mediante la figura y los dichos de Magdalena el pesimismo y la resignación femenina.

e. Análisis por línea:
Desde las primeras líneas del fragmento, se pueden identificar diversos recursos literarios que enfatizan el mensaje temático de la obra, en las líneas número tres y cuatro se fija el tema del primer apartado Amelia y Martirio conversan en un tono tremendamente pesimista sus condiciones actuales. Martirio menciona en la cuarta línea que hace las “cosas sin fe, pero como un reloj”, esta frase incluye una comparación referente a la sumisión de las hermanas ante el pesimismo reflejado en el resto de la frase. Se observa más adelante una pregunta retórica realizada por Amelia que refleja el dialogo femenino común como antesala a la próxima hipérbole en la línea número ocho que exalta la desdicha femenina, incluida en el tema del primer apartado. Lo anterior se ve exaltado más adelante en la Personificación hiperbólica dicha por Amelia en referencia a la crítica frente a la imagen femenina de la época. Se señala la temática principal de la obra, el miedo generalizado a la figura de Bernarda Alba que implícitamente representa la figura masculina imponente de la época, las puñaladas del asunto personifica en dolor y el resentimiento de la mujer forzada y limitada provocado por la figura masculina, en este caso, el padre de Adelaida quien se casó con una mujer que murió de loca, esa última característica corresponde a un hipérbole en representación de la condición de culpabilidad femenina o en otras palabras la responsabilidad de la mujer impuesta por el culpable legítimo.
 Ya en el segundo apartado, tras una prolongada intervención de Martirio analizada anteriormente, el enfoque temático del dialogo entre las dos hermanas pasa de ser el pesimismo propio a ser una crítica a la figura machista e injusta de la época, enfoque temático definido en las primeras dos líneas del segundo apartado. Martirio, a diferencia de su hermana Amelia utiliza caracterizaciones y un lenguaje más violento y resentido frente al símbolo de imposición masculina mientras Amelia mantiene una postura retraída y pasiva  prevaleciente en grandes pasajes de la obra. Esta violencia y resentimiento correspondiente a la postura de Martirio se ve plasmada de especial manera entre las líneas veintisiete y treinta, donde declara  en un comienzo lo siguiente,  “Es preferible no ver a un hombre nunca”, clara referencia hiperbólica a la distancia de su familia ante la figura del hombre,  característica resaltada por la repetición de la palabra miedo, donde se suma a dicha distancia familiar una postura personal de Martirio. Finalmente, se observa otra hipérbole con respecto a la misma distancia de la familia ante la imagen masculina. Amelia contradice a su hermana Martirio, intenta convencerla de que es muy categórica en su pesimismo, pero no obtiene buenos resultados y acaban por compartir una opinión crítica de la imagen masculina egoísta y aprovechadora, situación marcada por una metáfora (cosa de lenguas) durante la defensa del argumento por parte de Martirio y finalmente, una frase hiperbólica que resume de cierta manera el descontento y resentimiento de las jóvenes ante la injusticia impuesta por la imagen masculina, esta frase hiperbólica contiene una comparación que enfatiza de forma violenta la imagen de la mujer de la época frente a la mirada del hombre dominante.
Finalmente, la entrada de Magdalena en la línea treinta y nueve abre el tercer y último apartado donde prevalece el pesimismo y la desgracia femenina plasmada particularmente en la nueva integrante de la conversación, Magdalena. En la línea número cuarenta tres se exalta este pesimismo y la postura impotente de Magdalena que de cierta manera rompe el esquema tímido y sumiso de sus hermanas, entre las líneas cuarenta y tres y cuarenta y ocho realiza una declaración de tristeza y nostalgia ante el pasado y presenta su des conformismo y pesimismo ante su escenario actual incluyendo una hipérbole al finalizar sus dichos en referencia a su impotencia frente a la vida. Finalmente, reitera su posición a pesar de la intervención incluso religiosa de sus hermanas, que constituyen una de las temáticas generales de la obra.

f. Conclusión:
En base al análisis y a la contextualización del fragmento, se confirma el carácter trágico de la obra en referencia al género correspondiente a la tragedia Griega, el cual siempre finaliza con la imposición del destino inevitable sobre el ser humanos a pesar de sus esfuerzos y condiciones. En este caso las hijas de Bernarda Alba representan la voluntad y el esfuerzo de los humanos por sobreponerse a la adversidad que finalmente termina por imponerse y provocar un trágico desenlace. Particularmente este fragmento enfatiza el carácter pesimista y triste de tres de las hermanas, sometidas a la voluntad de su madre, Bernarda, que representa tanto la imagen masculina de la época como la posición insuperable e inevitable del destino de las personas. Además, debido a cierto carácter religioso en las intervenciones  de Amelia y Martirio en conjunto con la intervención nostálgica de Magdalena en el tercer apartado, se plasma de manera consistente el objetivo o ideal literario de la generación del veintisiete que plantea una restauración de la cultura clásica española.



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